jueves, 3 de octubre de 2013

Esbozos sobre la Política Exterior del Nuevo Ideal Nacional I


Nos comprenderemos mejor si procedemos con sinceridad al estudiar y al resolver los problemas que nos atañen colectivamente; si fortalecemos el principio de la solución de las controversias por las vías pacíficas y perfeccionamos el correspondiente sistema de aplicación; si no adulteramos nuestra propia realidad con ánimo de sorprender a los de fuera, y si no contribuimos a que la opinión pública de nuestros países forme criterio erróneo acerca de la vida de otros pueblos.

General Marcos Pérez Jiménez, Discurso Inaugural de la X Conferencia Interamericana.

     Como su título indica, el presente texto no es más que un breve esbozo, que pretende servir como introducción al fundamental tema de las Relaciones Internacionales durante el gobierno del Nuevo Ideal Nacional (1952-1958). Las principales vertientes señaladas a continuación se pueden resumir en dos puntos cruciales:

  1. La política tanto interna como externa del gobierno venezolano varía enormemente desde el “gobierno militar” iniciado el 24 de Noviembre de 1948 y el régimen del Nuevo Ideal Nacional comenzado el 2 de Diciembre de 1952. Su fusión bajo el término genérico “Década Militar” lejos de corresponder a la simplificación del estudio historiográfico, obedece a un proceso complejo de falsificación histórica propugnado por los gobiernos demagógicos emergentes del 23 de Enero de 1958.
  2. El gobierno del General Marcos Pérez Jiménez en el ámbito internacional dista por completo de la visión impuesta por la izquierda criolla, aplicando un falaz reduccionismo y convirtiéndole en un simple peón de la geopolítica estadounidense en plena Guerra Fría. Por el contrario, el Nuevo Ideal Nacional se convirtió en punta de lanza de la plena autonomía regional frente a la bipolaridad imperante en la política internacional de su época.


     Para abordar el complejo sistema internacional y la política exterior comprendida entre el 24 de Noviembre de 1948 y el 23 de Enero de 1958, se dividirá este episodio de la historiografía venezolana en dos procesos semejantes pero no por ello iguales: en primera instancia la Junta Militar de Gobierno presidida por Delgado Chalbaud hasta el día de su asesinato el 13 de Noviembre de 1950; seguido por un período de dos años donde se buscaba recuperar la estabilidad del país y donde asumiría la presidencia el civil Germán Suárez Flamerich y finalmente el gobierno del Nuevo Ideal Nacional, presidido para ese entonces por el General de División Marcos Pérez Jiménez a partir del 2 de Diciembre de 1958.

     Durante el Gobierno de la Junta Militar, la política exterior de Venezuela era reflejo fidedigno de las políticas a nivel de gobierno interior: la persecución del comunismo era una de las prioridades, al igual del establecimiento de un nuevo sistema que perdurase los embates de una sociedad volátil, teniendo como meta primordial la manutención del orden.   

     Los precios del petróleo tenían un lento pero progresivo aumento, debido a la industrialización exacerbada por parte de Estados Unidos y sus políticas en torno a masificar el uso del automóvil. Sin embargo los precios tendieron a estabilizase alrededor del año 1950 debido a una competencia amplificada por parte de los países árabes.

     Aun así, el gobierno venezolano supo utilizar el reducido incremento en sus ingresos por parte de la renta petrolera para actualizar por completo la capacidad bélica de sus Fuerzas Armadas, partiendo de la doctrina de seguridad nacional implementada por los gobiernos de la región, con el objetivo de evitar la intervención del comunismo en la América Hispana.

     Sería un anacronismo tratar de enmarcar o hacer parecer a los gobiernos de la década militar como parte de la llamada “Operación Cóndor”, la cual no entraría en funcionamiento sino hasta la década de los setentas. No obstante, tampoco se puede negar el apoyo indirecto en términos de legitimidad regional por parte de Estados Unidos a los gobiernos militares que aparecían en la región siempre que éstos mantuvieran una marcada política anticomunista. Cabe destacar que dichos gobiernos eran “tolerados” con la condición subyacente de convertir a sus respectivas naciones en Estados satélite de la política internacional estadounidense; categoría que Venezuela rechazaría rotundamente como se verá a continuación.

     Siguiendo la línea argumental antes expuesta, poco importaba en la cosmovisión norteamericana si los gobiernos de turno en la América Hispana eran democráticos o dictatoriales, siempre que sirvieran de muro de contención a la penetración del comunismo soviético, eliminando paulatinamente los Partidos Comunistas que para ése entonces actuaban como agentes al servicio del Kremlin.

     En éste sentido, el gobierno militar de Venezuela estaría caracterizado por adoptar por completo la tesis “desarrollista”, que impulsaría una profunda etapa de industrialización y fortalecimiento de la institución castrense, en aras de perfilarse como un Estado modelo en la lucha anticomunista.

     Sin embargo, el pragmático gobierno de Venezuela tendría un brusco cambio en sus políticas internacionales cuando el 2 de Diciembre de 1952, Marcos Pérez Jiménez instauraría el gobierno del “Nuevo Ideal Nacional”. A partir de ésta fecha es prudente señalar un cambio integral en la orientación política del gobierno venezolano con respecto al entorno mundial.

     El principal cambio de la política exterior venezolana sería un alejamiento paulatino del esquema bipolar establecido por la Guerra Fría. Dicho cambio tendría como origen el nuevo sentido nacionalista con que sería abordada la política venezolana a partir del 2 de Diciembre de 1952. La principal diferencia de éste período con respecto al resto de la década militar, es la presencia de una doctrina política oficial, conocida como “Nuevo Ideal Nacional”, a diferencia de los gobiernos antecesores que más bien eran pragmáticos desde el punto de vista ideológico.

     Freddy Vivas Gallardo, en su libro “Venezuela: Política Exterior y Proyecto Nacional” donde estudia de manera específica a lo que él considera como “Pretorianismo Perezjimenista”, llega a la conclusión que Venezuela trazaba una interesante propuesta de política internacional en busca de nuevos espacios de participación donde no tuviese que estar supeditada al mandato de los Estados Unidos ni mucho menos a la Unión Soviética como se encuentra estipulado en el siguiente párrafo:

     “La política exterior pretoriana Perezjimenista se centró, desde el punto de vista de la acción, en una estrategia que llamo (con Puig), de “autonomía relativa heterodoxa” basada en la búsqueda y explotación de escenarios y temas fuera del interés político y sobretodo estratégico de la potencia dominante: Estados Unidos, dirigido para reivindicar mayores espacios de acción exterior independiente para Venezuela”. (p. 228)
     Siguiendo con la argumentación del autor, el régimen conducido por Marcos Pérez Jiménez estaría enmarcado en un pragmático anticomunismo, pero sin que dicho elemento lo encuadrara de manera automática como aliado incondicional de los Estados Unidos, siendo las múltiples diferencias con dicha potencia, componente fundamental de su derrocamiento el 23 de Enero de 1958.

     Analizando el discurso y la acción gubernamental, es posible evidenciar la influencia aliada del la “política del péndulo” planteada en la región inicialmente por el presidente de Argentina, General Juan Domingo Perón, quién postulaba el término “Tercera Posición” para definir un proyecto internacional cuya meta era generar un cause completamente distinto a la alineación tradicional bipolar de la Guerra Fría. No es entonces casual, los gestos de unión y hermandad hispanos que configuraron las relaciones diplomáticas entre la Argentina Justicialista y la Venezuela Nacionalista; o que el mismo General Perón escogiera Caracas como sitio de su exilio el 9 de Agosto de 1956.

     Es así como se puede calificar al gobierno del Nuevo Ideal Nacional como una etapa en donde la política exterior venezolana pasó indudablemente por la hiperactividad en torno a la política exterior venezolana, donde se trató de establecer alianzas duraderas con gobiernos autoritarios en la región con el afán de otorgarle a la América Hispana un sitial más honroso que ser el simple segundón y mina de recursos constante del continente

     Desafortunadamente para los proyectos emprendidos por el Nuevo Ideal Nacional, muchos de los aliados en la región fueron derrocados eventualmente, por lo que la brecha que apenas empezaba a emerger y que tenía como punta de lanza la X Conferencia Panamericana sucedida en la Universidad Central de Venezuela en el año 1954, tuvo su fin el 23 de Enero de 1958 ante la ausencia de agentes políticos externos de poder capaces de contrarrestar la campaña de descrédito llevada a cabo por Estados Unidos en contra de un gobierno cuyo principal “delito” era plantear nuevas posibilidades de desarrollo ante una pérfida y teatral dicotomía liberal-marxista.     

Bibliografía recomendada:


GALLARDO VIVAS, Freddy. Venezuela: Política Exterior y Proyecto Nacional. El Pretorianismo Perezjimenista. (1952 – 1958). Caracas, Ciudad Universitaria. Imprenta Universitaria. 1999.