En la casi nocturnidad del
viernes y con el propósito de saborear lo que pudiese ser un amargo coctel de
tergiversación histórica, me dirijo a una sala de cine y decido comprar el
boleto a tan mentado documental.
Pese a que pudiese encontrar
otros medios para analizar el film en cuestión, elijo hacer una excepción al
boicot que yo mismo apoyo con la sola intención de presenciar de primera mano
las impresiones realizadas por los espectadores de tan oprobiosa película.
He de confesar que alguna fibra
nostálgica me motivaba a ver íconos del nacionalismo como lo es el General
Marcos Pérez Jiménez en la gran pantalla. Es ahora cuando las palabras de Dalí
cobran más sentido: “lo importante es que hablen de ti, aunque sea mal”. Pese a
que la película se concentra en una crítica parcializada, por lo menos avivan
el tema.
Lo peor que le puede pasar a un era o a un
personaje es ser condenado al olvido. Los romanos tenían esa pena reservada
para los peores dirigentes, se llamaba “Damnatio Memoriae” y francamente me
causa pavor tal condena, sobretodo en un mundo donde la única inmortalidad que
podemos dar por segura es la memoria histórica de nuestro ser. Y sin embargo es
relativa, será la inmortalidad que pueda aportar la longevidad de la especie
humana, hasta que llegue el fin de ésta.
Mi primera impresión antes de
atravesar las puertas del tártaro cinematográfico llamado “sala 6” fue que me
encontraría con un aquelarre de la juventud adeca y marxista. Que quizás ante
mis ojos vislumbraría un museo viviente del jurásico político de nuestra
patria. No me equivoqué: más del setenta por ciento de los asientos estaban
ocupados por miembros de la “juventud” de Acción Democrática (cuando menciono
la juventud adeca, me refiero a “jóvenes” con más de 65 años”).
Entre chistes sobre los viejos
tiempos y comparaciones sin fundamentos entre el Nuevo Ideal Nacional y el
Socialismo del Siglo XXI pasaron los trailers. Justo allí recordé el comentario
de algún politólogo que me recomendó tomarme una “Chicha A1” para sentirme en
sintonía con la época. Les aseguro que la compañía involuntaria lo hizo, me
sentía en pleno CEN clandestino de AD, si el fantasma de Ruiz Pineda se
aparecía creo que no me sorprendería.
De repente, los créditos iniciales
empiezan y la pantalla se llena de viejas gráficas publicitarias de la época,
fue un repentino viaje a los años 50’s. Debo admitir que el trabajo de
fotografía y de edición fue impecable, al igual que la investigación. Es una
verdadera pena que tan elaborados medios se usen para tan perversos fines.
Prosigamos.
Como si de una épica se tratase,
aparecen letras narrando, y casi celebrando, la caída del gomecismo y el
advenimiento de una nueva era de progreso. Luego se dedicó gran parte de la
introducción a la exacerbación de la democracia y la victoria de Rómulo
Gallegos, llegando incluso de manera falaz a afirmar que durante el trienio
adeco de realizaron obras de envergadura y que fue una era caracterizada por el
desarrollo (prefiero imaginar que el narrador se adelantó al guion y estaba
leyendo sobre el Nuevo Ideal Nacional).
A continuación nace una molesta e
inoportuna ronda de comentaristas parcializados. Cada cinco minutos de
filmación aparece la ronda de infames perturbadores del orden público y amantes
del oprobio. Estamos hablando de joyas como las siguientes:
Pompeyo Márquez: Quien en su membrete aparece de manera jactanciosa
como si de algún orgullo se tratara “miembro del Partido Comunista – Años
50’s”. Éste oscuro personaje fue uno de los autores tanto materiales como
intelectuales de atentados de tipo terrorista durante y después del gobierno
nacionalista. Es extraño ver a un asesino llorar frente a la cámara recordando
“las torturas” por las cuales pasaba.
Teodoro Petkoff: El hijo pródigo de la infamia y la persona cuyos
alaridos marxistas debemos escuchar gracias al abuso mediático de ciertas
emisoras de televisión. También se identifica con orgullo como militante del
Partido Comunista, y narra las infernales torturas a las cuales sus camaradas supuestamente
fueron sometidos. Digo supuestamente porque en un ataque de senilidad o quizás
de sinceridad involuntaria, admite que él jamás tuvo grandes problemas con la
Seguridad Nacional, pues siempre se mantuvo bajo perfil y por ende no tuvo que
ir a la clandestinidad. ¿Quizás las confesiones de un cobarde? ¡Quien sabe! Lo
cierto es que Teodoro siempre fue un guerrillero frustrado que se tomaba fotos
con fusiles en el jardín botánico mientras su hermano Luben Petkoff organizaba
incursiones en costas venezolanas con tropas cubanas.
Simón Alberto Consalvi: Militante de Acción Democrática, por lo
visto desde su nacimiento. Fue uno de los entrevistados más descarados y sin
sentido de moralidad alguna. Con un tono lastimero intentó manipular al
espectador mientras describía el “rin”. Con voz temblorosa comparaba a Guasina
con un campo de trabajo nacional-socialista. Luego de tanta manipulación la
senilidad o la sinceridad involuntaria freudiana provocó una declaración digna
de tan infame adeco.
En síntesis, el límite del
descaro fue sobrepasado cuando Consalvi admite ser detenido por la Seguridad
Nacional por actos terroristas de su autoría. El sujeto en cuestión llega a
decir literalmente “actos terroristas”, de manera orgullosa como si de un “Che”
se tratara. Al percatarse de la confesión que acababa de realizar frente a la
cámara, decía que eran “actos terroristas infantiles”, como si un asesinato
tuviese algo de infantil.
Para cerrar su declaración con broche de oro, afirma que tal vez sí eran actos terroristas, pero que “todo es válido en nombre de la democracia”. Se nota que éste hombre fue Ministro de Relaciones Exteriores del “zar de la corrupción” Jaime Lusinchi, pues dicha frase parece sacada del discurso de algún “lobista” estadounidense en su afán de imponer elecciones libres en Estado forajido, dícese Estado con petróleo.
Para cerrar su declaración con broche de oro, afirma que tal vez sí eran actos terroristas, pero que “todo es válido en nombre de la democracia”. Se nota que éste hombre fue Ministro de Relaciones Exteriores del “zar de la corrupción” Jaime Lusinchi, pues dicha frase parece sacada del discurso de algún “lobista” estadounidense en su afán de imponer elecciones libres en Estado forajido, dícese Estado con petróleo.
Américo Martín: Miembro de Acción Democrática y posteriormente
militante del M.I.R (Movimiento de Izquierda Revolucionaria). Participó en
acciones guerrilleras desde el gobierno nacionalista hasta el año 1971 en que
Rafael Caldera decide hacer un “borrón y cuenta nueva”. Éste simpático
personaje conoció personalmente a Fidel Castro, Raúl Castro y hasta a Ernesto
“Che” Guevara; asesinos sin escrúpulos que le transmitieron todos sus vicios
marxistas. Creo que el curriculum de éste personaje es más que suficiente para
empezar a poner en duda la supuesta imparcialidad de la película.
Isabel Carmona: Dirigente y lideresa de las juventudes adecas.
Según su testimonio pasó seis meses detenida en los calabozos de la Seguridad
Nacional, que de repente corrige e indica que fue en la cárcel de mujeres de
los Teques. Habla de tratos inhumanos y de monstruosas torturas que
supuestamente fueron objeto sus compañeros. A lo largo de la película aparece
anunciando “los terrores de la represión” para contrarrestar la imagen de
progreso y la construcción masiva de obras para el bienestar colectivo
efectuada por la “dictadura” militar.
José Agustín Catalá: Si querían hacer un documental imparcial, creo
que no se podría rayar más en lo absurdo al invitar a tan siniestro personaje.
Famoso adeco que amasó una pequeña fortuna a costa de los libros plagados de
mentira que publicaba sobre el gobierno del Nuevo Ideal Nacional, teniendo un
puesto destacado su famoso pasquín titulado “Se llamaba S.N”, donde hace uso
del elemento imaginario para retratar de manera sesgada a una institución
policial y de inteligencia como lo fue la Dirección de Seguridad Nacional.
Catalá es famoso por ser una de
las arañas encargadas de tejer la red de infamia que hasta el día de hoy sigue
vigente: justificando los gobiernos “democráticos” puntofijistas al compararlos
con la supuesta represión sobrehumana de la dictadura. Ignorando, o mejor
dicho, omitiendo datos verificables, pues hasta el día de hoy, al General
Marcos Pérez Jiménez no se le ha podido probar acusación alguna de asesinato o
desaparición de adversarios políticos. A diferencia de los gobiernos
adecopeyanos que encarnaron el terror venezolano en la famosa “DIGEPOL”, la cuál
en métodos y fines superaba en malicia y alcance a la Seguridad Nacional.
Lo más cínico de su intervención
es como intenta adjudicar su deformidad facial a las supuestas torturas de la
Seguridad Nacional, llegando a universalizar un trato reservado únicamente a
los disidentes políticos que adoptaban la violencia como forma de lucha. Pues
en el mismo film evidencian como COPEI no era perseguido pese a que tenía una
línea claramente opositora al gobierno.
Según la literatura infame de
Catalá, la Seguridad Nacional eliminó o desapareció alrededor de sesenta
personas, cuyos registros son completamente inventados por el escritor. Por su
parte, Pedro Estrado llegó a hablar de una veintena de personas muertas,
producto de enfrentamientos armados con la Seguridad Nacional o porque sus
condiciones médicas acabaron con ellas en sus sitios de reclusión. En contra
posición, los muertos y desaparecidos, producto de la represión política en el
período puntofijista, rondan los tres mil según diferentes historiadores que a
pesar de sus disparidades, coinciden en que la cifra sobrepasa los mil muertos.
No hablaré del SEBIN ni de demás
organismos de inteligencia actuales, pues es casi imposible tener constancia de
las prácticas realizada por ésa clase de instituciones cuando el gobierno está
vigente.
Yolanda Moreno: Su participación simplemente me sorprendió y hasta
decepcionó. Yolanda Moreno comienza su vida artística como profesional de la
danza en el “Retablo de las Maravillas”, agrupación cultural creada y
administrada por el gobierno nacionalista para enaltecer la cultura y el
folklore venezolano. Aun así, la señora Moreno no tiene vestigio alguno de
agradecimiento, catalogando de dictadura opresora al gobierno de Marcos Pérez
Jiménez, admitiendo que como una simple bailarina que no se metía en política
jamás tuvo problemas de ningún tipo.
Yolanda Moreno de manera ofensiva
se mofa de la “Semana de la Patria” y llega a criticar el modo en que el
gobierno nacionalista intentaba hacer prevalecer el amor a la patria, la identificación
con la nación venezolana y el orgullo patrio frente a las diferentes tendencias
políticas que pudiesen surgir. Moreno narraba con aversión y hasta con asco
como “se obligaba” a la gente a sentir orgullo por la bandera y por la Patria.
¿Es acaso dañino tratar de buscar un vínculo entre los que nacimos bajo un
mismo sol y nos criamos amparados por la misma tierra? Al parecer, es opresivo
incentivar el amor a la Patria como modo de desarrollo cultural, intelectual,
moral, económico y social; al menos a los ojos de Yolanda Moreno.
Del resto de los participantes no
se puede hablar mucho, pues su tiempo de aparición es reducido en comparación
con los demás entrevistados. Supongo por sus declaraciones un poco menos
parcializadas. Entre ellos se encontraban un oficial del ejército que se negó a
participar en el plebiscito presidencial de 1958, dos inmigrantes europeos
traídos por los planes migratorios del Nuevo Ideal Nacional y Oscar Yánez,
quien se encargó de la parte anecdótica de la época.
Pregunta al aire: Si en verdad se
buscaba realizar un filme verdaderamente imparcial que retratara de manera
fidedigna la época del gobierno nacionalista, ¿por qué se presentaron
únicamente las opiniones de detractores y de uno que otro agente políticamente
apático? Si iban a entrevistar guerrilleros comunistas, quienes se quejaban de
ser castigados por sus delitos de lesa Patria, lo lógico hubiese sido enfrentar
tales opiniones al relato de algún exdirigente de la Cruzada Cívica
Nacionalista, o de algún colaborador directo del Nuevo Ideal Nacional. De ése
modo, el espectador puede formar su propio juicio basado en las posiciones
enfrentadas de ambos bandos.
En conclusión, de once
entrevistados, ocho están claramente parcializados en contra, haciendo eco de
las denuncias de represión, mientras que el resto mantiene un discurso que se
podría catalogar de apolítico. Se muestra sólo una visión del período
nacionalista: la contada por sus detractores. Éste detalle es suficiente como
para catalogar al film de una pieza bien elaborada de propaganda política, con
el fin de desprestigiar la labor del gobierno nacionalista de Marcos Pérez
Jiménez. Soy escéptico en numerosas
cuestiones, pero no me cabe duda que el lanzamiento de éste film y el renacer
del movimiento nacionalista venezolano no comparte un mismo período de tiempo
por simple coincidencia.
Las deslegitimadas élites
políticas que conducen el destino del país desde el 23 de Enero de 1958
evidencian su preocupación ante el resurgimiento del estandarte nacionalista,
sus viejos temores de avivan al ver una nueva generación de jóvenes dispuestos
a luchar por lo correcto. El poder político va tambaleándose paulatinamente a
medida que nuevas mentes adhieren el pensamiento nacionalista como repuesta
ante la crisis venezolana. Es precisamente la necesidad de construir orden lo
que a muchos nos impulsa a combatir a los amigos de la infamia, quienes en el
caos obtienen siempre sustanciales ganancias.
Pudiese seguir a fondo con mi crítica, pero por razones de estilo prefiero atacar los siguientes errores puntuales las cuales considero falacias históricas expuestas adrede para tergiversar el legado nacionalista.
*Los mismos “perseguidos” políticos
afirman que los calabozos de la Seguridad Nacional eran un infierno terrenal,
pero avanzado en film comentan a modo de anécdota que solían jugar dominó,
cartas, pasear y tener acceso a otras distracciones lúdicas en el presidio. La
senilidad o la sinceridad involuntaria atacan de nuevo.
*Los supuestos “perseguidos” denuncian que eran procesados por ser simples mensajeros o por hacer inocentes pintadas. Más adelante confiesan haber utilizado la lucha armada para obtener sus fines y de hasta ser partícipes de actos terroristas. El mismo film se contradice cuando muestra las imágenes de todo un arsenal incautado a un grupo de choque de Acción Democrática encabezado por Carlos Andrés Pérez. El armamento incluye decenas de pistolas y fusiles “Mauser” además de granadas. Según Pedro Estrada el plan de los sublevados era asesinar a Marcos Pérez Jiménez.
*Los supuestos “perseguidos” denuncian que eran procesados por ser simples mensajeros o por hacer inocentes pintadas. Más adelante confiesan haber utilizado la lucha armada para obtener sus fines y de hasta ser partícipes de actos terroristas. El mismo film se contradice cuando muestra las imágenes de todo un arsenal incautado a un grupo de choque de Acción Democrática encabezado por Carlos Andrés Pérez. El armamento incluye decenas de pistolas y fusiles “Mauser” además de granadas. Según Pedro Estrada el plan de los sublevados era asesinar a Marcos Pérez Jiménez.
*Las “víctimas de la represión”
narran el proceso de tortura del “rin”, y mencionan otros nombres de torturas
sin dar detalle alguno. Aun así, se dedica gran parte del “documental” a
mostrar animaciones computarizadas mostrando a agentes de la Seguridad Nacional
masacrando a civiles.
*El colmo del descaro llega
cuando muestran dibujos que parecieran retratar híbridos entre los gulags
stalinistas y los centros de reclusión de prisioneros de las FARC, con todo y
barrotes forrados por alambres de púas. Se escucha la voz temblorosa de algún
comunista con música de tonos bajos cuya lentitud incita a los sentimientos más
melancólicos que la psique humana pueda experimentar. Es en éste momento donde
vemos el dibujo de lo que parece ser un miembro de las “S.A”, las famosas
camisas pardas alemanas, golpeando con una porra al cuerpo desnudo de un
disidente enterrado hasta el tronco y cuyo pecho está siendo atravesado por un
espada, empujada por la bota del “esbirro”. Ésta imagen dantesca es como
proyectan los calabozos de la Seguridad Nacional.
*Crítica sin fundamentos a la
Semana de la Patria, tratando su cometido como si de una manifestación
chauvinista se tratase. Se llega a escuchar la falacia “es más fácil militarizar
a los civiles que civilizar a los militares”, como si desfilar una vez al año
en vestido civil como manera de honrar a la Patria es militarizar la población.
Por lo visto, cualquier gobierno
que pretenda convertir a Venezuela en una potencia o por lo menos mantener un
cierto orden ciudadano, combatiendo de manera férrea al hampa será catalogado de
militarista y hasta de “fascista”. Éste último adjetivo se escuchó mucho entre
los espectadores cuando se proyectaban múltiples capturas de un nutrido grupo
de jóvenes cadetes realizando el saludo romano en el Estadio Olímpico, la película
omite aclarar que ése saludo es protocolar en los juegos olímpicos, algo que se
puede evidenciar al observar la faena claramente deportiva que usaban los
cadetes.
En lo personal, creo que el debate de si era
fascista o no es más que estéril, teniendo en cuenta que en la película se
pretende señalar como “los buenos” de manera apriorística a una partida de
demagogos responsables de la decadencia nacional y que siguen una doctrina intrínsecamente
perversa, igualitaria, apátrida y materialista como lo es el comunismo.
*Yolanda Moreno llega a declarar
que sentía la necesidad de tener “libertad de expresión” pese a que jamás tuvo
nada que expresar. Creo que ése fue el sentimiento predominante en los
venezolanos manipulados por la propaganda adecomunista.
*Pese a que se señala a Rafael
Simón Urbina como el responsable de la muerte de Carlos Delgado Chalbaud, se
sigue explotando la posibilidad de que el asesinato fue obra intelectual de
Marcos Pérez Jiménez. Jamás se hace mención de los deseos del General Pérez
Jiménez de permanecer como Ministro de la Defensa para restructurar por
completo las Fuerzas Armadas. Mucho menos se explica el vínculo consanguíneo
entre Carlos Delgado Chalbaud y la esposa de Marcos Pérez Jiménez, doña Flor María
Chalbaud Cardona; quienes eran primos.
Durante el infame film, se
muestran discursos de Chalbaud seguidos por cortos provenientes de otras
filmaciones donde Marcos Pérez Jiménez fruncía el ceño en señal de
desaprobación, dando a entender mediante ése collage cinematográfico que
supuestamente Marcos Pérez Jiménez objetaba la presidencia de Carlos Delgado
Chalbaud.
*Se tergiversa por completo la
muerte de Leonardo Ruiz Pineda, haciéndolo ver como un asesinato a sangre fría,
sin mencionar los registros policiales de la época en donde consta que se trató
de un enfrentamiento armado entre dos agentes de la Seguridad Nacional y ocho
miembros de Acción Democrática. Mucho menos se menciona que el informe de
balística indica que la bala que cegó para siempre a Ruiz Pineda correspondía a
las municiones usadas por los mismos adecos, y que la trayectoria provenía
precisamente de una pistola de sus “compañeros”. La envidia que tenía Rómulo
Betancourt hacia Ruiz Pineda es suficiente para explicar éste curioso hecho,
donde la avaricia y los intereses personales pudieron más que los supuestos
valores que defendían, como de costumbre, no se menciona nada de esto.
Sólo puedo terminar éste artículo
con una de las frases más icónicas del general Marcos Pérez Jiménez, y quizás la
clave para entender su cometido como principal garante del orden y el
desarrollo de nuestra patria: “Mis obras hablan por mi”. En este orden de
ideas, pese a la ola de calumnias a la que su gobierno fue objeto, prevalece la
imagen honorífica de una era que dejó a las generaciones venideras una
Venezuela digna, capaz de inspirar grandeza y orgullo. Es ésa la Venezuela
Inmortal que cada nacionalista debe tener de inspiración, como llama perenne
cuyo fulgor nos insta convertirnos en lanzas prestas a la batalla, una lucha sin
cuartel ni aliados contra el oprobio, la barbarie, la incultura y la
decadencia.
Sé que mis ojos presenciaran el
día en que la verdad será reivindicada, y así como hoy se invierten cuantiosas
sumas para proyectar los falsos relatos de un comunista trasnochado, mañana
veremos exdiputados de la Cruzada Cívica Nacionalista y toda la vieja guardia
de nuestro digno gremio, exponiendo de manera certera la verdad sobre nuestro
pasado.
"...será catalogado de militarista y hasta de “fascista”."
ResponderEliminarY desde cuando el fascismo es malo?
Jamás hago una valoración ya sea positiva o negativa del fascismo en el artículo. Tan sólo señalo la mediocridad de la izquierda en general al utilizar adjetivos sin saber el significado de dichos conceptos.
ResponderEliminarAmigo, me tomaré el atrevimiento de publicar un enlace a esta entrada en el artículo que estoy escribiendo en mi blog (www.cinedefercho.blogspot.com) acerca de esta película. En realidad lo que conozco de la época ha sido gracias a las diversas lecturas que he realizado y ahora por el documental, por lo que no podría decirle que estoy a favor o en contra de sus declaraciones, pero me parece justo que la gente conozca las diferentes versiones desde todos los puntos de vista. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Fercho. Como pudiste darte cuenta, mi crítica más que tratar de ser neutral, trata de convertirse en un enfoque netamente nacionalista en representación de ésas ideas y opiniones completamente ignoradas por los productores del filme. No pido que se haga algún trabajo parcializado hacia uno u otro punto de vista. Simplemente deseo que se muestren las dos realidades para que cada quién juzgue y tome partido. Gracias por considerarlo y por supuesto que tienes permiso para difundir ésta clase de escritos.
EliminarGracias camarada por esto. Se que no estamos solos. No agregaré mucho porque lo ha dicho casi todo (acerca del documental). Mas pronto de lo que muchos imaginan estaremos juntos cantando una misma consigna Nacional, bajo las 7 estrellas de la VERDADERA NACIÓN..bajo los principios del NUEVO IDEAL NACIONAL!....Viva Mi General Marcos Pérez Jimenez...Viva Venezuela Libre...Viva Venezuela NACIONALISTA. Muerte al COMUNISMO CORRUPTO Y TRAIDOR...
ResponderEliminarAfortunadamente las nuevas generaciones de venezolanos se han preocupado por instruirse en materia política debido al calamitoso período que nos toca presenciar. Todo aquél que quiera saber de donde proviene la calamidad comunista que nos gobierna, encontrará respuesta en el 23 de Enero de 1958. Gracias por tu mensaje, te invito a que visites http://nacionalistas.com.ve si estás interesado en luchar con nosotros.
EliminarOh Manuel, el comentario no era dirigido a ti. Me refiero a las personas que gritaban fascista cuando el saludo romano.
ResponderEliminarVale, no te preocupes. Gracias por la aclaratoria. En verdad es penoso como intentan tergiversar los mejores días de nuestra Patria.
EliminarHola, comparto contigo las resaltantes e inobjetables virtudes y logros del gobierno de Pérez Jiménez; pero justificar actos con patria es una lamentable característica histórica de los gobiernos venezolanos, y que han transmitido a sus pueblos.
ResponderEliminarMe explico, ¿Qué es patria? ¿Quién te define patria? si te sales del cuaderno de primaria, donde te hablaban de banderas y símbolos que debías imperiosamente adoptar, podrías definir patria como todo tu entorno, tu contexto, tus amigos, tu familia, la gente que habla como tú, que come lo que tú y como tú; pero en un sentido más amplio... aquí me detengo ¿Quién indica (o impone) el límite de amplitud? ¿Yo? ¿Mis preconceptos y prejuicios impuestos social y culturalmente? ¿Quién puso las líneas divisorias? vivimos encerrados por istmos y creemos nuestro lo muy micro de un planeta que nos pertenece completo, y una raza (la humana) que persigue el mismo fin de sobrevivir como especie. En este sentido podría arriesgarme a asegurar que patria no es más que mi familia y mis vecinos, más una extensión de territorio donde habiten seres con los que comparta cierta carga cultural. Pero nos dividieron hace mucho. Dile a un habitante de los andes venezolanos que su patria es la misma que la de los marabinos; y viceversa, sus culturas son extremadamente distantes ¿Por qué son hermanos de la misma patria? ¿Porque dos o tres políticos y militares ambiciosos los volvieron parte de un mismo estado político territorial? Bajo el mismo sol estamos todos los que habitamos este planeta y otros cuantos planetas más. Entonces, en un sentido micro patria es mi gente cercana, de algunas cuadras, quizá muchas; pero no hasta el límite político territorial impuesto; y en un sentido más amplio mi patria puede llegar hasta China o marte fácilmente. ¿Por qué entonces justificamos TODAS las decisiones políticas que persiguen un fin individualista o sectorizado con la patria? Padecemos ese penoso mal patriotero como venezolanos, llevamos más de 200 años estancados, y 14 involucionando. En este lado del río no crecemos como seres humanos, todavía cargamos el mazo en la mano.
Pérez Jiménez no es grande por su patrioterismo absurdo y medieval, sino por sus obras y su inteligencia, inteligencia al saber tomar las decisiones que debieron tomarse y poner a producir a parásitos de la sociedad; no por poseer gran biblioteca de conocimientos en su cabeza.
El nacionalismo exagerado es y será nuestro talón de Aquiles como habitantes de este impuesto espacio político territorial.