miércoles, 25 de diciembre de 2013

El Grinch: Arquetipo navideño del Superhombre



Navidad como fecha festiva popular arrastra sus propios personajes y episodios. La globalización, el materialismo y demás patrones modernos han convertido casi toda conmemoración espiritual en un simple espectáculo comercial. No obstante, de nada vale seguir con el discurso moralista que ya todos conocemos, cada quién le hará caso a las señales según crea conveniente.

En esta ocasión me detendré a pecar de aventurado y jugar con las comparaciones. ¿Jamás han encontrado en la figura imaginaria de el Grinch cierta similitud con el Zarathustra de Nietzsche? Yo sí, y empezando a citar la parte primera de Así hablaba Zarathustra trataré de ejemplificar porqué me agradan ambos profetas.
Apenas llegó Zarathustra a los treinta años, dejó su patria y el lago de su patria y se refugió en la montaña. Durante diez años disfrutó allí, sin cansarse, de su espíritu y de su soledad.
Similar que el profeta solar de Nietzsche, el Grinch de manera voluntaria decide abandonar las comodidades ofrecidas por la vida colectiva, tomando un largo exilio en la montaña y convirtiéndose en un ermitaño capaz de gozar, sentir y reír por sí mismo sin la necesidad de acompañantes humanos. Parafraseando a Schopenhauer, la soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes, máxima que conocen a la perfección Zarathustra y Grinch.

Luego de contemplar los rayos del sol y transformar su corazón, Zarathustra decide luego de diez años descender a donde habitan los hombres. No sería el astro solar quién inspira al Grinch, sino la pequeña Cindy Lou Who que subiendo hasta su caverna lo convida a regocijarse una vez más con la compañía de los hombres. Los dorados bucles de Cindy bien podrían ser una semejanza que rememore a los rayos del sol, por lo que la metáfora se cumple.

El Grinch luego de reflexionar desciendo sólo a Villa Quién, dejando tras sí a su fiel caniche. Zarathustra al partir al pueblo Vaca Multicolor haría lo propio, dejando de lado a su águila y su serpiente. El viajero sólo debe ser acompañado por su sombra, ha de ser alfa y omega de su travesía y afrontar con el temple de quién está habituado a la soledad las engañosas ofertas y decadentes costumbres de los efímeros. Su corazón se encuentra en un plano elevado, pues las respuestas a sus preguntas han sido sugeridas únicamente por su interior. ¿Valdrá la pena repartir la sabiduría al populacho? ¿Serán los "quienes" aptos para comprender el sentido de la festividad? Ambos personajes se enfrentan a las dudas que presentan el nivel de nobleza de sus futuros escuchas.

Zarathustra al llegar al poblado se dirige a las multitudes en la plaza pública y entre sus palabras rescatamos las siguientes:

¿Qué es el mono para el hombre? Un motivo de risa o una vergüenza dolorosa. Es esto mismo, lo que debe ser el hombre para el superhombre: un motivo de risa o una vergüenza dolorosa. Habéis trazado el camino que va desde el gusano hasta el hombre y queda en vosotros mucho de lombriz de tierra.
El verde protagonista de nuestro cuento de navidad se diferencia del profeta, pues en lugar de dar su discurso a modo de impartir sabiduría, decide el camino de la enseñanza por medio del ejemplo. Su comportamiento apático, despreocupado, jovial, festivo y dionisíaco rompe por entero con los rígidos y quizás hasta castradores esquemas sociales que Villa Quién de manera hipócrita y antinatural valoraba.

Semejante al martillo filosófico que acaba con todo dogma de la moral de esclavos, el Grinch desvirtúa y arrasa con todo símbolo del orden anterior. Aquél ser elevado que en su corazón elevación es capaz de prescindir del aliciente tradicional está personificado en el iracundo Grinch que incinera al árbol materialista. El fuego purifica y es el elemento más representativo de la vida. Ante la caída de los falsos profetas del consumismo se alza una hoguera que calienta y a la vez encandila a los habitantes de Villa Quien. Al igual que el mito platónico de la caverna, quienes poblaban Vaca Multicolor se encuentran incapaces de presenciar la luz del conocimiento, habían estado demasiado acostumbrados a dejarse guiar por sombras y fantasías.

Yo os digo: es preciso llevar dentro de uno mismo un caos para poder poner en el mundo una estrella. Yo os digo: lleváis en vosotros un caos. ¡Infeliz de él! Se acerca el tiempo en que el hombre no pondrá más estrellas en el mundo. ¡Desgraciado! Se acerca el momento del más despreciable de los hombres, que ya no sabe despreciarse a sí mismo. ¡He aquí! Yo os muestro al último hombre. Y el último hombre guiñando el ojo pregunta: ¿Qué es amor? ¿Qué es creación? ¿Qué es deseo? ¿Qué es estrella? Entonces la Tierra se habrá hecho más pequeña y sobre ella dará saltos el último hombre, que todo lo empequeñece. 
El antiguo caos heleno creador de todo orden es rememorado por Nietzsche a través de Zarathustra. La actitud enfermiza y decadente del hombre moderno que todo lo empequeñece es señalado como una suerte de enfermedad terminal. ¿Quedarse como camello o crecer? La interrogante irrumpe en nuestras mentes cuán inclemente relámpago. El Grinch conocía la respuesta de antemano y por ello renunció a la banalidad festiva de Villa Quién, por ello se internó en la soledad y se regocijó con su espíritu. Su "pequeño" corazón despreciaba la falsedad y le susurraría la mala nueva que atormentó ensu momento a Zarathustra:

No me comprenden: no soy yo la boca que han menester estos oídos. Quizás porque he vivido demasiado tiempo en las montañas y he escuchado demasiado a los arroyos y a los árboles, les hablo ahora como a cabreros. Serena está mi alma y luminosa como la montaña en las primeras horas del día. Pero me juzgan como de corazón frío y como un bufón de siniestras burlas. Y helos aquí que me miran y que ríen. Y mientras ríen, me siguen aborreciendo. Hay hielo en sus risas.
Pocas serían las almas que comprenderían a Zarathstra o al Grinch, sólo unos pocos se mantendrían fieles a sus palabras: sus animales, su corazón, el sol y algún nómada o aventurero. Pero allí estaría la más importante enseñanza para todo amante de lo elevado, que la victoria del supremo gusto empieza por estimar el valor y no la cantidad.

No debo ser ni pastor, ni sepulturero. Ya no volveré a hablar nunca al pueblo; por última vez he hablado a un muerto. Quiero reunirme con los creadores, con los que cosechen y se huelgan: les mostraré el arco iris y todos los peldaños que conducen hasta el superhombre. Cantaré mi canción a los solitarios y a los que son dos en la soledad; y a quien quiera que posea oídos para las cosas inauditas yo le colmaré el corazón con mi felicidad. 
Sigamos las enseñanzas inmortales de éstos astros, ¿para qué regocijarse en el júbilo de los más cuando la elevación se encuentra en nuestro interior? Quien renuncia a su voluntad por complacer a las mayorías termina convirtiéndose en un número del montón, una simple cifra. Quedaría prohibido entonces renunciar a nuestra grata autenticidad creadora.

martes, 10 de diciembre de 2013

Citas Inmortales




“¿Han experimentado ustedes, cuando su oscuridad de paseante les ha metido en un levantamiento, la misma alegría que yo al ver a un guardián del sueño público –policía o municipal, el verdadero ejército- maltratar a un republicano?

Y como yo, ustedes se habrán dicho en su corazón: ‘Maltrata, golpea un poco más fuerte, aporrea, aporrea, municipal de mi corazón; porque en ese aporreamiento supremo, yo te adoro, y te juzgo semejante a Júpiter, el gran justiciero.

El hombre a quien tú golpeas es un enemigo de las rosas y de los perfumes, encarnizado del lujo, de las bellas artes y de las bellas letras, iconoclasta jurado, ¡verdugo de Venus y de Apolo!

Él no quiere trabajar, humilde y anónimo obrero, en las rosas y en los perfumes públicos; quiere ser libre, el ignorante, y es incapaz de fundar un taller de flores y de perfumes nuevos. ¡Aporrea religiosamente los omoplatos del anarquista!"
Charles Baudelaire

domingo, 8 de diciembre de 2013

Hoy no voté



Hoy no voté, no porque sea menos ciudadano que tú ni porque no quiera a mi país.

Hoy no voté, no porque me agrade el gobierno ni porque callo y otorgo.

Hoy no voté, no porque tiré la toalla o porque soy un saboteador consumado.

Hoy no voté por la sencilla razón que no me presto a la prostitución política. No voté porque prefiero luchar en verdad a quedarme pensando que hacer una cola y presionar una pantalla táctil es lo único que puedo hacer.

Los traficantes de esperanza de siempre se enfrascan en convencernos que hoy "celebramos", según el argot a lá Lucena, una especie de elecciones, a sabiendas de que el poder electoral se encuentra controlado por la mano del invasor cubano, al igual que el resto de los poderes públicos. Nada más falso que ello, hoy la gente votará pero no elegirá, siendo los "resultados" definidos hace semanas en una maligna isla caribeña.

No voté, porque si decido acudir al centro de votaciones con mi mejor cara de "demócrata a carta cabal", estaría aceptando las condiciones inicuas que impiden un verdadero resultado. Además, soy una persona coherente, pienso que la coherencia entre el verbo y la acción es el paso fundamental que falta hacer en la política venezolana. ¿Cómo seguir denunciando el fraude electoral pero al mismo tiempo acudir jovialmente a votar? ¡Imposible!

Quiénes van a votar hoy están aceptando con su "derecho cívico, ciudadano y maravillosamente democrático" que el actual sistema electoral es óptimo. Votar es legitimar, así de simple. ¿Cómo pretender de manera coherente catalogar al actual gobierno de opresor cuando se le "enfrenta" de manera democrática como a cualquier rival civilizado?

¡Mil gracias a quiénes con su voto legitiman más la tiranía cubana! Es irrelevante si el voto fue a parar en la tarjeta MUDa o la del PSUV, los Castro están enormemente agradecidos contigo.

Además, ¿en verdad la lucha es por la "democracia"? ¿Acaso "escoger" entre un comunista rojo o uno azul cambiaría el estado de las cosas?

Es pueril creer que hoy se esté celebrando una maniquea lucha entre el bien y el mal. Los traficantes de esperanza desgastaron sus voces proclamando el Ragnarök político de hoy. ¿Es en verdad un alcalde tan importante en un país presidencialista y con una estructura gubernamental paralela como los consejos comunales? En absoluto, las alcaldías son hoy un día un parapeto para obtener recursos a costa de nuestros impuestos. Son la fuente de manutención de parásitos y sanguijuelas. Ya Antonio Ledezma nos demostró con lo pusilánime de su gestión para qué servían tales adornos en la Venezuela Socialista: para robar a costa de la lástima, la mentira y la manipulación.

Les recuerdo a mis queridos lectores que desde Cuba y Brasil (no se nos olvide el Foro de Sao Paulo) se está orquestando la venida del "Estado Comunal" (eufemismo para república soviética o Estado Comunista) y que con su aplicación, de sólo un plumazo las atribuciones y competencias de las alcaldías estarían reducidas a pintar la pared de un edificio gubernamental cuando mucho.

Con ésto no pretendo invalidar una de las principales células naturales de nuestra sociedad: el municipio. Tan sólo señalo lo folclórico que es creer en ello en la actual coyuntura.

Dígame abstencionista si le place, pues precisamente me abstengo de legitimar al sistema de bandidos y cómplices que viene pisoteando a mi Patria desde hace décadas.

Por último pero no menos importante, sostengo que en el escenario meramente hipotético en que no existiese la posibilidad de fraude y que Cuba no controlase los designios de nuestra nación, igualmente no votaría por tres razones fundamentales:
  • Debemos dejar de aupar y promover la mediocridad, el populismo y la demagogia como opciones políticas válidas.
  • Necesitamos acabar con el conformismo de limitarnos a botar nuestro voto con el "menos malo" y en su lugar trabajar en la construcción de verdaderas propuestas que aseguren la grandeza nacional y la justicia social.
  • Es injusto considerar como iguales la opinión de un ciudadano preocupado por los asuntos públicos, y la opinión de un vago o de un malhechor, como lo sostiene el actual modelo de democracia.
Por todo ello y más, ejerzo mi derecho a elegir, eligiendo el no botar mi voto.

lunes, 2 de diciembre de 2013


¿Qué se celebra el 2 de Diciembre en Venezuela?

La historia o la vida es una serie de colisiones con el futuro; no es una suma de lo que hemos sido, sino de lo que anhelamos ser. Así definiría el genial José Ortega y Gasset a ése complejo y cíclico sistema aplicable tanto en el ámbito individual como al colectivo.

Precisamente el epicentro del asunto se haya en los anhelos que Venezuela ha tenido como joven nación hispanoamericana, siendo uno de sus recurrentes metas la consecución de aquella panacea llamada desarrollo.

Pero, ¿Desarrollo en qué términos? ¿Acaso tan repetido concepto se refiere únicamente a la suma de logros y objetivos de corte material? En absoluto, el avance de las potencialidades humanas en Venezuela ha de buscar siempre la cúspide del elevamiento integral. Siendo la altura que alcancen sus ciudadanos completamente coherente con sus aspectos morales, intelectuales, materiales y espirituales.

Precisamente no ha existido en la historia de Venezuela un acercamiento tan marcado a éste laureado fin cómo el gobierno del Nuevo Ideal Nacional (1952-1958), siendo sus obras tangibles y sus esfuerzos por mejorar la cultura del venezolano la que designa pese a la brevedad de su período lo que nacionalistas conocemos como "Era de oro".

En toda serie de colisiones, se encuentran unas más importantes que otras. El hombre teniendo en cuenta ésta diferenciación y siendo él mismo la medida de todas las cosas, decide rememorar los hechos más significativos de su historia mediante la fecha. Es éste ritual trascendental el que sublima un hecho material y lo hace elevado.

El 2 de Diciembre de 1952, en uno de los escenarios más turbulentos que tuvo Venezuela debido a la recurrente agitación marxista, el General Marcos Pérez Jiménez asumió el reto de dirigir las riendas de nuestra nación, teniendo como norte la implantación del orden necesario para permitir el florecimiento de lo sublime.

Por ello es fundamental que cualesquiera que sean las sendas de corte patriótico que puedan existir en nuestro país, éstas adopten la conmemoración del 2 de Diciembre como el perenne recordatorio de la Venezuela que fuimos y que todavía anhelamos ser. Es así como el 2 de Diciembre lejos de constituirse en una fecha para el estéril personalismo político, debe considerarse como un episodio glorioso en la compleja red de hitos que tenemos.

El 2 de Diciembre se recuerda de manera estricta la importancia de anteponer los intereses supremos de nuestra nación por encima de los pueriles afanes que pudiesen existir en las errabundas mentes de individuos y partidos políticos, cuya funesta acción no hacen más que fraccionar la voluntad nacional.

¡Enhorabuena por el Nuevo Ideal Nacional! Que los vivas a la Patria salgan de nuestros corazones y truenen en cada esquina del suelo patrio con el mismo poderío que el trueno. Sea el día de hoy un impulso que nos convide a dedicar la suma de nuestros latidos al engrandecimiento de aquél vínculo histórico y espiritual que nos une en la construcción de un mismo destino.

Lo que nos une a todos los venezolanos sin ninguna clase de distinción ha de ser precisamente ésa voluntad de poder presente en quizás el más loable de todas las propuestas políticas: "Lograr para Venezuela un puesto de honor entre las naciones y hacer una Patria cada día más próspera, digna y fuerte."

¡Honor a los hombres y mujeres que forjaron la Era Nacionalista!
¡Honor a los hombres y mujeres que lucharon contra la barbarie!
¡Honor a los Patriotas que renuncian a la comodidad en nombre de la grandeza!

¡ARRIBA VENEZUELA!